GOU! Ourense 2018 Alta Velocidade

La línea gallega de alta velocidad tendrá base de mantenimiento para su último tramo, entre Pedralba de la Pradería y Taboadela al final del verano de 2023. Adif acaba de licitar el contrato para su construcción, que con el plazo de tramitación y los ocho meses para su ejecución demorará otro año una infraestructura que ya tendría que estar concluida hace dos años, justamente cuando el administrador ferroviario optó por suspender las obras de la base de A Mezquita, en el PAET de Vilavella, por considerar que ya no llegaría a tiempo para cumplir su objetivo para el montaje de los últimos 103 kilómetros de la línea. La adjudicataria del mantenimiento de la línea, que se sabrá definitivamente en pocos días, tendrá que iniciar su trabajo en este tramo sin contar con una instalación adecuada, ya que está por construir el edificio de oficinas, nave para el taller, nave de almacén y una playa de cuatro vías.

Adif adjudicó a la unión temporal de empresas Dragados-Tecsa, la misma que construyó la estación Porta de Galicia de A Gudiña, la obra de renovación integral del ramal de algo menos de cinco kilómetros entre Guillarei y la frontera portuguesa, en las inmediaciones del Puente Internacional de Tui. La obra no solo se ocupará de la renovación integral de la vía (carril, balasto, traviesas, aparatos de vía…) también adecuará la infraestructura, tanto en lo que se refiere a la plataforma como a obras que la conforman: trincheras, muros, pasos subterráneos, puentes… así como a la sustitución parcial de la catenaria y sus equipos para ser reemplazada por catenaria híbrida simple que permita que la línea pueda seguir trabajando a 3.000 voltios de corriente continua aunque con idea de transformar la línea a 25.000 voltios de corriente alterna, la misma que utiliza la red ferroviaria portuguesa que está electrificada, desde el puente internacional de Tui.

Talgo no es el único fabricante que no podrá cumplir con sus pedidos para Renfe en los plazos acordados con el operador ferroviario. El consorcio Hitachi-Bombardier, también se ha visto afectado por los efectos de la pandemia en el flujo de suministros para la fabricación de los veinte trenes Frecciarossa de muy alta velocidad que le encargó Ilsa la compañía hispanoitaliana que afrontará el segundo paquete en número de frecuencias dentro de la liberalización de las líneas españolas de alta velocidad.

Talgo ha tardado casi un mes en contestar a Renfe en relación a las amenazas del operador ferroviario de reclamar una penalización de 116 millones de euros al fabricante de trenes español por el incumplimiento en la entrega de las primeras unidades de la serie 106 de alta velocidad, formada por treinta trenes tipo AVRIL.
El presidente de Talgo, Carlos Palacio Oriol, no solo ha contestado al presidente de Renfe, Isaías Táboas, sino que también remitió cartas a presidentes de diversas comunidades autónomas y a la ministra de Transportes. En ella justifica el retraso de la entrega de los AVRIL a partir de varias razones: una tortuosa relación con Renfe que durante la tramitación del contrato de compra de dichos trenes realizó sucesivas modificaciones que dieron lugar a nuevas negociaciones y plazos de entrega; causas de fuerza mayor, derivadas de los efectos de la pandemia que provocó retrasos en la recepción de piezas y materias primas y por último, la indisponibilidad de la red ferroviaria por parte de Adif, al que acusa de reducir el número de horas de acceso a las líneas en las que se estaban realizando tales pruebas.

Una unión temporal formada por las empresas ourensanas Copasa y Cosfesa y la portuguesa Neopul, integrada en el grupo español Sacyr desde 2003, se ocuparán, si todo va según lo previsto del mantenimiento de la línea gallega de alta velocidad, desde Pedralba hasta Santiago de Compostela y del corredor del eje atlántico entre A Coruña y Vigo. En total son 365 kilómetros de los que, según el contrato pendiente de adjudicación, la empresa que resulte ganadora tendrá que ocuparse del mantenimiento de la infraestructura, vía y aparatos de vía durante 48 meses. La UTE galaicoportuguesa obtuvo la mejor puntuación en las valoraciones técnicas y presentó la mejor oferta económica: 49,4 millones de euros para un contrato cuyo presupuesto de licitación era de algo más de 56 millones. La resolución para la adjudicación está ya únicamente del acuerdo del consejo de administración de Adif y es previsible que las tareas comiencen antes de finalizar este verano.

Los diputados ourensanos del grupo parlamentario popular en el Congreso han presentado una proposición no de ley (PNL) para que sea debatida y sometida a votación en dicha cámara con el fin de reclamar al ministerio de Transportes y a Renfe que los usuarios de los Alvia entre dicha localidad y Ourense puedan tener los mismos beneficios de reducción de precios del billete o gratuidad, que se les aplica a los viajeros que utilizan los mismos trenes que pasan por A Gudiña entre Monforte y Lugo o entre Ourense y Santiago, por poner dos ejemplos de tramos de distinta naturaleza, uno de línea convencional y otro de alta velocidad, en los que el mismo tren en el que se cobra un billete de más de 31 euros a un usuarios que se sube en A Gudiña para ir a Ourense, paga algo más de cinco euros si va de Monforte a Lugo o algo más de 14 si lo hace entre Ourense y Santiago. Estas diferencias, serán más notables entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre, porque al usuario de Monforte que se suba al Alvia le aplicarán la gratuidad en el servicio si adquiere un bono multiviaje, y al de Ourense a Santiago o viceversa el billete le quedará reducido a poco más de tres euros, con un bono 50.