El 15 de mayo de 1885, a punto de cumplirse 130 años, Ourense consigue su primer récord de velocidad en la comunicación con Madrid. Desde la desaparecida estación de Ponte Canedo a la del Príncipe Pío, en Madrid, un tren conseguía hacer el recorrido entre las dos ciudades en menos de un día. Acortaba así en más diez horas un viaje que, hasta entonces, necesitaba de 34 horas de viaje en tren, en barca cruzando el Miño y en diligencia hasta la estación de Valença de Minho. El hito se produce con la inauguración del tramo ferroviario entre Ourense y Monforte de Lemos. Desde esta ciudad lucense, los trenes procedentes de Ourense y de Vigo podían enlazar con toda la red ferroviaria española, entonces fragmentada en distintas compañías privadas.