Iryo comienza en la línea a Barcelona su pugna por la alta velocidad en España (compartir)
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Doce trenes por sentido, cuatro de ellos directos, se sumarán a partir del viernes 25 de noviembre a los que ya mueven Renfe y SNCF por ese mismo corredor, entre Madrid y Barcelona. El operador público español, a través de sus marcas AVE y AVLO posee el paquete mayoritario, con 27 frecuencias diarias por sentido. Iryo será el segundo y el tercero lo ejercita SNCF a través de su marca comercial de bajo coste Ouigo.
La expansión de Iryo será más rápida que Ouigo, que durante el primer año de operación se centró en el corredor Madrid-Barcelona-Frontera francesa, ya que aspira a iniciar su segundo itinerario a partir del mes de diciembre, entre Madrid y Valencia, con 16 frecuencias diarias, y en 2023 añadirá nuevos itinerarios con el corredor Madrid-Sevilla (a partir de marzo) y Alicante a partir del verano.
Para dar cobertura en estas líneas, Iryo cuenta con una flota de 20 trenes Hitachi, fabricados en las plantas de Italia y España.
En los planes de esta compañía, participada por Air Nostrum, Globalvia y Trenitalia se contempla una segunda fase expansiva a otras líneas de alta velocidad de la península. Entre ellas la línea gallega. Iryo cuenta con llegar con sus trenes a Santiago, Vigo y A Coruña para lo cual tiene previsto adquirir composiciones capaces de circular indistintamente por líneas de ancho ibérico y ancho estándar. Todavía no ha iniciado el proceso de compra, aunque en tecnología de ancho variable o rodadura desplazable actualmente solo existen dos fabricantes y ambos son españoles. Se trata de Talgo y Caf. Se da la circunstancia, además de que Adif y Adif Alta Velocidad tan solo cuentan con cambiadores de ancho capaces de realizar el tránsito de una línea a otra mediante las tecnologías de ambas empresas españolas en los cambiadores duales, como el que está operativo en Taboadela. El operador privado español tienen también sus ojos puestos en la futura línea de alta velocidad portuguesa, entre Lisboa y Oporto y Oporto y Vigo, cuya explotación está previsto que se desarrolle en ancho ibérico.