Renfe no tiene suficientes trenes para afrontar una mayor demanda de usuarios (compartir)
Todo NoticiasEn los últimos diez años, Renfe ha ido retirando unidades de su parque ferroviario, pero no reponiendo con nuevas series. La crisis de 2008 promovió una política de austeridad desde el ministerio de Fomento, que se extendió al ámbito ferroviario. Renfe no solo no incrementó su parque de trenes, fue reduciendo servicios que le permitieron retirar de la circulación un importante contingente de unidades y en paralelo también se fue quedando sin maquinistas para poder revertir esa situación.
A partir de finales de 2016, con la llegada de Íñigo de La Serna al ministerio, se retomó la inversión en material rodante. Primero, en alta velocidad, para poder atender la creciente demanda que se iría produciendo a medida que se extendía la red. Talgo fue la empresa adjudicataria de tres contratos que incrementarán en casi un 50 por ciento el parque de trenes AVE: los 30 trenes de la serie 106, diseñados siguiendo el modelo AVRIL, 15 de los cuales serán de ancho variable y los otros 15 de ancho fijo, cuya entrada en servicio estaba prevista para 2021, pero que no llegarán hasta 2023. La siguiente operación de Renfe fue el reciclaje de 19 composiciones de la serie VII de Talgo que empleaba en los servicios de Trenhotel que se fueron suprimiendo a lo largo de la década pasada. El contrato contemplaba la remodelación de 13 composiciones y otras 6 adicionales para convertirlas a unidades capaces de circular a más de 330 kilómetros por hora por líneas de alta velocidad, rodadura desplazable y una serie de características de confort y prestaciones que permitiesen su uso tanto para servicios AVE de calidad, como AVLO de bajo coste. Un contrato adicional encomendó al fabricante español las cabezas tractoras para convertir esas composiciones que antes eran remolcadas por locomotoras, en trenes autopropulsados. Con estos 19 nuevos trenes Renfe tiene previsto crear la serie 107 y su incorporación está previsto que se vaya produciendo de manera escalonada en esta misma década. Teóricamente, con la entrega de las primeras unidades en los próximos dos años.
Media distancia y cercanías
En 2019 se licitó un gran contrato en dos lotes para el suministro de trenes de gran capacidad para los servicios de cercanías, que tampoco llegará a tiempo para afrontar la demanda inducida por las medidas del Gobierno. Se trata de 152 trenes de 100 metros de longitud y una capacidad de más de 900 viajeros, que fue adjudicada a Alstom por 1.232 millones de euros, con el mantenimiento durante 15 años de 56 de esos trenes, y un segundo lote que fue adjudicado a Stadler Rail Valencia por 826 millones de euros, por 24 trenes de 100 metros y 35 de 200 metros, con una capacidad cercana a los dos mil viajeros en el caso de estos últimos. Además de su fabricación, el contrato contempla el mantenimiento durante 15 años de 34 de esos trenes. Ninguno de esos nuevos trenes llegará a Galicia porque aquí no hay servicios de cercanías.
Más recientemente se puso el foco en la media distancia, la gran asignatura pendiente de Renfe. El operador contrató la construcción de nuevos trenes para las líneas de ancho métrico y ahí sí que se incluyen trenes que llegarán a circular por la vía métrica desde Ferrol a Ribadeo. En paralelo se han licitado trenes de media distancia eléctricos e híbridos y la recuperación de las unidades de la serie 490 antes destinada a servicios de larga distancia, para su reutilización en media distancia. En estas nuevas incorporaciones sí que se espera que Galicia reciba trenes que permitan renovar el parque de las unidades que circulan por corredores como el del Miño, en la actualidad atendidos por trenes muy veteranos, así como en las relaciones interiores entre Ourense y Lugo.