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Los coches Arco que Portugal compró a Renfe inician su servicio por la Linha do Minho (compartir)

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Los coches Arco que Portugal compró a Renfe inician su servicio por la Linha do Minho
Los seis coches Arco ya remodelados, en una composición de pruebas.
Los primeros seis coches tipo Arco de los cincuenta que Comboios de Portugal compró a Renfe en 2020 están preparados para iniciar el servicio en trenes interregionales por la Linha do Minho. Remodelados en los talleres de CP en Gifões, estos coches de viajeros, aptos para circular a velocidades máximas de hasta 200 kilómetros por hora, han recibido una nueva imagen, tanto exterior como interior, al tiempo que se le retiró el pequeño elemento con amianto de su cuadro de climatización y se le dotó de nuevos equipamientos (pantallas de información, climatización, wifi, enchufes…) para adecuarlo a los servicios para los que fueron adquiridos, tanto de servicios interregionales como “intercidades”.

El lote de cincuenta coches de viajeros había sido vendido por Renfe a precio de chatarra: treinta mil euros por coche, millón y medio por el lote completo. En España, el operador público había renunciado al uso de trenes convencionales, es decir, los que están formados por coches de viajeros arrastrados por una locomotora. Y, de hecho, el último que permaneció en activo fue el Intercity Galicia-País Vasco. Las composiciones tradicionales permiten enganchar y desenganchar los coches de viajeros según las necesidades del servicio y en el caso del tren gallego resultaba imprescindible para poder comunicar tanto A Coruña y Vigo como Bilbao y San Sebastián con un mismo tren. Así, una composición salía cada mañana de A Coruña con parada en Santiago y Ourense, donde se acoplaba la composición salida de Vigo. A partir de Ourense, el tren viajaba arrastrado por una única locomotora eléctrica hasta llegar a Miranda de Ebro donde el tren se segregaba en dos composiciones, una con destino a Bilbao y la otra a Irún-Hendaya.

Para Comboios de Portugal, que estaba inmersa en un ambicioso plan de expansión de los servicios ferroviarios y no disponía de material rodante suficiente, la compra no solo supuso la solución más rápida, frente al concurso de adquisición de material de nueva fabricación que demoraría el resultado entre cinco y siete años; También supuso un importantísimo ahorro económico. Cada coche de viajeros de este tipo de nueva construcción ronda el millón de euros, en un lote tan largo como el que adquirió CP. Sin embargo, el coste total por unidad, incluyendo compra y renovación, no llegó a los 190.000 euros: menos de una quinta parte.

Por unos nueve millones de euros (frente a los más de cincuenta millones que habría costado el lote de coches recién salidos de fábrica), CP cuenta con un material moderno que dará servicio durante décadas, asegurando viajes rápidos y confortables a los usuarios de los servicios intercidades.

La Línea del Miño fue la última por la que circularon los coches Arco en la red ferroviaria española y la Linha do Minho, que conecta Valença con Oporto, será la primera en estrenarlos en su nuevo formato. A partir de ahí se irán incorporando nuevas unidades a ésa y al resto de las líneas portuguesas.