La vía del Miño perdió el 75 por ciento de sus trenes de viajeros en una década (compartir)
Todo NoticiasPero mientras las diez circulaciones que había, aproximadamente, entre Vigo y Santiago hace 40 años se han duplicado y ahora son veinte, las existentes entre Vigo y Ourense se han reducido de diez a dos. Un ochenta por ciento menos. 1981 año en el que se cumplía el centenario de la conexión entre ambas ciudades, se concluía la electrificación de esa línea, lo que hacía pensar que con esa inversión se pretendía, cuando menos mantener sino incrementar, el número de circulaciones ferroviarias. Pero la realidad deparó a los usuarios del tren una amarga sorpresa, que se materializó de manera más dramática en los últimos diez años, entre 2011, cuando todavía circulaban ocho trenes diarios por sentido y este mes de julio de 2021 en el que ya no quedan más que dos y con una configuración que los convierte en poco prácticos para quien quisiera utilizar el tren para desplazarse a estudiar o trabajar entre ambas ciudades y las estaciones intermedias, ya que no permiten, en el caso de Ourense, la ida a Vigo a primera hora de la mañana y el regreso a primera de la tarde.
En esta línea de reducción drástica de servicios, Renfe inició sus recortes con los trenes de servicios regionales. Al no contar con cercanías en los servicios ferroviarios gallegos, los regionales, después llamados de media distancia, eran los empleados por los usuarios, trabajadores y estudiantes, que se movían desde localidades cercanas a Vigo y a Ourense para desplazarse a las ciudades. En el caso de Ourense, además, su radio de acción se hacía más extenso, ya que además de O Carballiño (que tenía seis trenes diarios de conexión con Ourense) y Ribadavia (que contaba con siete), poblaciones de otras provincias limítrofes tenían en Ourense la cabecera de su actividad habitual, frente a Lugo, Pontevedra o Vigo, mucho más lejos para ellos, gracias a trenes que los conectaban con frecuencia con la ciudad de Las Burgas. Monforte y Canabal (la estación de Sober, pero que también era utilizada por viajeros de Pantón) en la provincia de Lugo y Crecente en Pontevedra, que con sus tres estaciones, Pousa, Frieira y Filgueira estuvo siempre más cerca de Ourense que de las ciudades pontevedresas. La supresión de esos trenes regionales supuso para los usuarios de muchas de esas localidades no poder contar con una combinación adecuada para hacer la ida y la vuelta en el mismo día. En 2013, de los ocho trenes por sentido que había al comienzo de la década se suprimió uno de los regionales que causó el desajuste en las comunicaciones entre las poblaciones de la línea del Miño. El saldo en términos generales, sin embargo, se mantuvo, ya que Ourense y Vigo mantenían el número de frecuencias gracias a la incorporación de una más a Madrid, desde la ciudad olívica.
La declaración de estado de alarma, en marzo de 2020 sirvió de pretexto para hacer el mayor recorte de toda la historia. Tras el cierre por razones sanitarias, la reapertura de las circulaciones supuso la supresión de los dos trenes nocturnos a Madrid y Barcelona y del diurno al País Vasco, al tiempo que se suprimía una línea de media distancia con León, quedando únicamente una con Ponferrada y recuperándose una de las dos frecuencias de los Alvias con Madrid.
A llegar el mes de julio, se suprime el único tren diurno a Madrid, desviándose los dos existentes desde Vigo al corredor del eje atlántico, con un incremento de 40 kilómetros de recorrido y se suprime el tren Ponferrada-Vigo, que obliga a los viajeros desde esa ciudad leonesa, o de la comarca de Valdeorras o de Monforte o de Os Peares, a bajarse en la estación de Ourense y esperar allí dos horas hasta que sale un tren de Ourense a Vigo.