Los trenes eléctricos portugueses llegaron hasta Valença (compartir)
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Gracias a la inauguración de la electrificación, Valença do Miño cuenta desde hoy con un tren directo a Lisboa, a primera hora de la mañana (6:48 hora portuguesa, 7:78 hora española) que une la pequeña ciudad fronteriza con la capital del país en 5 horas y 12 minutos. Se trata de un servicio intercidades, atendido por una composición formada por una locomotora eléctrica y coches de 1ª y 2ª clase. Se espera que tan pronto como sean homologados los coches Arco que Comboios compró a Renfe el pasado año, cuente con ellos para la realización de este servicio.
Además, dispone de cuatro trenes diarios de servicio Interregional, Valença-Porto y otros tres regionales entre Valença y Viana do Castelo. En total son ocho frecuencias que, en el futuro, tan pronto como se abra la frontera, se complementarán con los servicios regionales entre Valença y Vigo y las del tren Celta, entre las ciudades de Vigo y Oporto.
La electrificación hasta Valença ha supuesto, sin embargo, un avance lleno de sombras. La primera de ellas, que han tenido que recurrir a trenes más antiguos que los automotores españoles a los que va a sustituir. Son unidades eléctricas de una serie que entró en servicio entre 1970 y 1980, algunas unidades tienen ya cincuenta años, que fueron reformadas la pasada década para prolongar su vida activa y mejorar sus prestaciones para los viajeros, pero mantienen una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora. Con respecto a los “camellos”, los automotores diésel de la serie 592 que Comboios de Portugal alquiló a Renfe y emplea en los servicios interregionales y regionales, ganan en mayor aceleración, lo que les permite ganar algo de tiempo en servicios con muchas paradas intermedias, pero pierde en velocidad máxima, ya que los automotores españoles tienen una velocidad máxima autorizada de 140 kilómetros por hora.
La segunda, que la línea seguirá siendo controlada mediante bloqueo telefónico, ya que la implementación de los nuevos sistemas de telecomunicaciones y gestión de trenes se prolongará todavía hasta marzo del año que viene. Otra no menos importante, la demora en la homologación de los coches de viajeros comprados a Renfe el año pasado, que retrasará la entrada en servicio de los servicios intercidades.
Y en lo que afecta a las comunicaciones ferroviarias entre Vigo y Oporto y Vigo y Valença, todavía en suspenso como consecuencia del cierre de la frontera con Portugal, no habrá ninguna mejora ni de tren ni de tiempo de viaje porque seguirán teniendo asignados los mismos automotores diésel. La electrificación de la “Linha do Minho” se realiza con corriente alterna a 25.000 voltios, que es la predominante en las líneas electrificadas en Portugal. Pero al cruzar el puente internacional la catenaria española suministra 3.000 voltios a corriente continua y Comboios de Portugal no dispone de ninguna locomotora ni tren automotor eléctrico bitensión.
Habrá que esperar la llegada de los primeros automotores híbridos que Comboios de Portugal ha contratado al fabricante suizo Stadler, dentro de un paquete de 22 trenes de servicios regionales, mayoritariamente eléctricos. Pero no se prevé que las primeras unidades estén en servicio hasta los primeros meses de 2025. Solo Renfe dispone de trenes bitensión, tanto locomotoras como automotores, algunos de ellos autorizados a circular hasta 250 kilómetros por hora. Pero no está en los planes de la operadora ferroviaria portuguesa ampliar su contrato de alquiler con Renfe. Muy al contrario, su objetivo reducir paulatinamente el alquiler de los automotores 592 sustituyéndolos por unidades eléctricas restauradas como las de la serie 2240 que circularán a partir del 25 de abril entre Valença y Oporto.