Otero de Sanabria, una estación de accesos imposibles (compartir)
Todo NoticiasEn su corta historia, todavía en el prólogo porque no ha sido inaugurada, se ha convertido en una de las más denostadas por los medios nacionales, al considerar que una pedanía con menos de una treintena de vecinos no se merecía una estación de alta velocidad. Lo cierto es que su emplazamiento se señaló allí no por despilfarro, sino por todo lo contrario. Allí estaba localizado un puesto de adelantamiento y estacionamiento de trenes (PAET). Se trata de una instalación técnica que se sitúa cada cierto número de kilómetros, para permitir apartar un convoy si surge necesidad de ello, o estacionar un tren de trabajo para evitar entorpecer la circulación de los de viajeros y no tener que volver a la base hasta finalizar su cometido.
La pedanía de Otero, perteneciente al término municipal de Palacios de Sanabria se convirtió así en la sede de la estación de la comarca de Sanabria, de ahí su nombre genérico. La obra fue adjudicada a la unión temporal de empresas formada por Estructuras Aragón, S.A (EASA) y Constructora Pirenaica (Copisa) el 2 de marzo de 2018 con un plazo de ejecución de las obras de 9 meses. La formalización del contrato se verificó a finales de ese mismo mes, pero el inicio de las obras se retrasó mucho. Tanto que desde el Adif ya contaban con inaugurar el tramo entre Zamora y Pedralba con la estación sin terminar, eso sí, en 2019.
Pasó 2019 y el tramo no entró en servicio, pero tampoco fueron concluidas las obras en esta sencilla estación de 3,31 millones de euros. Vías y andenes ya estaban ejecutados para el PAET. Las obras de la estación solamente afectaban al edificio de viajeros, situado en una posición elevada entre siete y diez metros porque allí la vía circula en trinchera, una pasarela cubierta para pasar desde la terminal al andén del sentido contrario, las escaleras con las que descender a cada uno de los andenes y sendas rampas, larguísimas rampas con las que resolver el desnivel con una pendiente lo suficientemente suave como para que pueda ser utilizada por personas con movilidad reducida o cargadas con maletas.
Han pasado ya 31 meses desde la adjudicación y a la estación todavía le faltan pequeños detalles constructivos pero grandes lagunas para la accesibilidad. La primera de ellas, no hay conexión con la carretera general. Está sin ejecutar la rotonda de enlace con la carretera nacional que la comunica con Puebla de Sanabria, Zamora, Benavente e incluso Galicia y con la Autovía de las Rías Bajas, la A 52, cuya salida está a unos cientos de metros. El estacionamiento para coches, está finalizado, al igual que la carretera que llega hasta él. Pero es una carretera cortada, sin salida a la general.
Así que si, finalmente la línea entra en servicio en los próximos días, como dicen desde el Adif, la estación no podrá recibir viajeros porque carece del acceso adecuado. Y cuando por fin esté terminada, resultará una estación incómoda y peligrosa. Tanto las escaleras como la rampa se encuentran a la intemperie, a merced de las inclemencias del tiempo. En días de invierno, el riesgo de resbalones estará a la orden del día por las heladas y en jornadas de sol abrasador resultará un auténtico calvario subir por rampas interminables, sin que exista la alternativa de unas escaleras mecánicas, una rampa mecánica o un simple ascensor.