El sustituto del tren Celta Vigo-Oporto podría ser eléctrico pero CP no tiene ninguno (compartir)
Todo NoticiasEn diversos medios tanto portugueses como españoles se ha especulado con que si el futuro tren podría reducir el tiempo de viaje desde las 2 horas y 20 minutos a tan solo hora y media entre ambas ciudades. Lo cierto es que CP no dispone de ninguna unidad capaz de realizar el recorrido en un tiempo tan reducido. Se habló incluso que ese servicio podría ser realizado con un intercidades, aprovechando el nuevo material remolcado que CP acaba de adquirir a Renfe. Pero todavía tiene que reacondicionarlo.
De momento no hay un anuncio firme por parte de CP de que el Celta sea sustituido. En caso de que así se hiciera, el nuevo tren no acortaría el tiempo de viaje con respecto al automotor 592 que realiza hoy día ese servicio. En primer lugar, porque con el material motor de que dispone Comboios de Portugal, no podría lograr mejorar los tiempos de viaje ni velocidad máxima del 592. Ningún automotor diésel portugués de los que están actualmente en servicio tienen autorización a circular a una velocidad mayor. Los servicios de intercidades, que son servidos por trenes de viajeros remolcados por locomotoras tampoco podrían mejorar la velocidad media ya que ninguna de las locomotoras diésel portuguesas circula a más de 120 kilómetros por hora y tampoco cuenta con locomotoras eléctricas bitensión, requisito imprescindible para toda locomotora de este tipo que cruce la frontera entre España y Portugal, ya que mientras en Portugal la tensión eléctrica de la catenaria es de 25.000 voltios a corriente alterna, en el tramo gallego, entre Guillarei y Vigo, como en el resto de las líneas convencionales electrificadas en España, disponen de una tensión de 3.000 voltios de corriente continua.
Por último, las obras realizadas en la línea del Minho, entre Oporto y Valença do Minho han asegurado en algunas estaciones mayor longitud de vía para permitir el cruce de trenes de mercancías de más tonelaje y en consecuencia de más vagones. También ha actualizado el sistema de control de trenes, señalización y comunicaciones y ha electrificado por tramos dicha línea. El último pendiente de entrar en servicio es el que llega hasta Valença de Miño y al puente internacional sobre el Miño. Pero no se han realizado obras significativas en la plataforma de la línea. Ni ampliación de radios de curva ni variantes que permitan incrementar la velocidad máxima autorizada, salvo en lo concerniente a una mejor gestión de la señalización. Por tanto, el acortamiento del tiempo de viaje tendría que basarse en trenes que puedan aprovechar más los tramos en los que la velocidad punta es más alta y tengan una capacidad de mejora a la hora de enfrentarse a las curvas, como sucede con aquellos trenes que tienen pendulación natural, como es el caso de los Talgo después de la serie III, (menos en los de alta velocidad que como circulan por líneas con curvas de muy amplio radio no le sacarían provecho a esa ventaja tecnológica), o los de basculación asistida, como los Alfa Pendulares portugueses y otros muchos automotores de los fabricados tanto en Italia como en España por empresas como Caf.
Así pues, para acortar los tiempos de viaje entre Vigo y Oporto, CP tendría que alquilar o comprar nuevos trenes automotores a Renfe: o diésel de las series 594,598 o 599, o eléctricos como el Alvia 130. Aún así, con ese material tampoco lograría rebajar tanto el viaje. Nada menos que un tercio del tiempo que invierte actualmente..