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El Adif, que ya había externalizado estaciones como O Barco y A Rúa-Petín en la comarca de Valdeorras, tiene en Había puesto en marcha un plan para privatizar la gestión de la atención al público en numerosas estaciones para dedicar el escaso personal que queda en ellas a labores de circulación de trenes. La empresa adjudicataria se haría cargo no solo de la venta de billetes sino también de la atención al público en un amplio horario cada día. Sin embargo, un error a la hora de realizar las valoraciones obligó al Adif a desistir en ese contrato como consecuencia del recurso interpuesto por una de las empresas que no habían resultado ganadoras.

Como consecuencia de ello, estaciones como Ribadavia, O Carballiño, Redondela, Guillarei, Puebla de Sanabria, Astorga, Sahagún y Sarria, cerrarán la ventanilla de venta de billetes y de atención al público.

Adif no solo no anunció con la debida anticipación el cierre de este servicio, sino que lo ocultó, teniendo que ser la operadora ferroviaria, Renfe, la que dio la voz de alarma ante la necesidad de cambiar la forma en la que se venden los billetes para sus trenes.

Renfe Operadora va a paliar esa carencia con la instalación de máquinas expendedoras de billetes en las estaciones afectadas y tiene previsto despachar billetes para sus trenes en las oficinas de correos, dos alternativas que se suman a la de la venta por internet.

No obstante, en muchas de las estaciones afectadas por esta medida y otras que ya hace años que cerraron totalmente y no cuentan ni tan siquiera con personal de circulación, los viajeros ya se habían acostumbrado a subir al tren sin billete, a la espera de que se lo despachase en ruta el propio revisor.

De las estaciones afectadas, Ribadavia es la que cuenta actualmente con menor número de viajeros que utilizan sus servicios. Ello también es consecuencia de la drástica reducción del número de trenes que tienen parada comercial en ella, y que se limita a dos regionales de ida y otros tantos de vuelta, uno de ellos por la mañana y otro por la tarde-noche.

El tren era un medio utilizado por usuarios del entorno de Ribadavia, además de la propia villa, para viajar a Ourense a primera hora de la mañana, ya fuera a hacer gestiones o al médico, y en no pocos casos acudir a trabajar o a clase, ya que existía un tren de retorno a las tres y media de la tarde que permitía a esos usuarios regresar una vez concluida su jornada laboral o lectiva. Pero Ana Pastor retiró el tren de las 15:30, dejando un único tren para regresar de Ourense poco después de las 12 del día, por lo que estudiantes y trabajadores tuvieron que renunciar al tren como medio de transporte para ir a Ourense.

Con anterioridad, Ribadavia contaba también con paradas de trenes de largo recorrido, como el expreso Rías Bajas y el Shanghai, es decir, el expreso a Barcelona. E incluso cuando existía, el expreso de Vigo a Hendaya y París.

En el caso de Redondela, una de las principales estaciones de Galicia por el número de circulaciones y por ser cabecera de un municipio de más de 30.000 habitantes, la dejación de los servicios de atención al público ya se había manifestado antes de esta última decisión del Adif. El recorte en el personal de la estación provocaba que en el corto período de apertura de la ventanilla, ésta pudiera ser desatendida por el personal de la estación, cuando las necesidades del control de circulación de los trenes les obligasen a ocuparse de esas labores técnicas.

O Carballiño y Ribadavia llevan años clamando por la creación de un servicio ferroviario de cercanías con Ourense, pues en ambos casos están a un tiempo de viaje en el que el tren, incluso el convencional, que es el que llega hasta dichas terminales, es el medio más rápido y cómodo para llegar a Ourense y si el número de usuarios decrece cada año es por la falta de un horario atractivo. En ambos casos, además, es la solución lógica para que los usuarios de Ribadavia y O Carballiño puedan luego enlazar en Ourense con los trenes de larga distancia, los actuales Alvia y los futuros AVE a Madrid.

Billetes en Correos

La colaboración Renfe Correos permitirá a la operadora ferroviaria disponer de una oficina de venta anticipada de billetes en aquellas localidades en las que haya oficinas de la empresa postal, pero no solucionará el problema derivado de la falta de un servicio de atención al público, para resolver dudas o buscar alternativas a una conexión ferroviaria o a un viaje en un tren determinado. Correos, además, cobrará por este servicio.