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La variante de Cerdedo no se prevé como tramo del AVE sino de altas prestaciones
La variante de Cerdedo, como el corredor del Eje Atlántico, que vemos en la imagen, no será de alta velocidad, sino de altas prestaciones.
El pliego de condiciones particulares que el administrador de las infraestructuras ferroviarias ha publicado en su perfil del contratante para licitar el estudio hidrogeológico de la variante de Cerdedo, califica dicho tramo ferroviario, de algo más de 53 kilómetros de “altas prestaciones”. El concepto, empleado también en el pasado para definir algunos corredores que no entraban en la catalogación de líneas de alta velocidad, es el mismo que en su día había utilizado el que fuera ministro de Aznar, Francisco Álvarez Cascos, para el diseño del primer proyecto de acceso de alta velocidad a Galicia, utilizando en buena parte la línea convencional de Zamora a Ourense.

La calificación de altas prestaciones implica una reducción en la velocidad máxima, que no llegaría a los 350 kilómetros por hora, como sucede en el resto del trazado. Esto explica que algunos de los túneles, todos ellos de más de 2 kilómetros de longitud, sean para vía doble: Bugalleira (2.271 m), Presigueiro (2.278 m), Os Campos (2.865 m) y O Galo (4.815 m). En el tramo entre Lubián y Ourense, los túneles de vía doble de más de 2 kilómetros de longitud tienen una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora, como sucede con el túnel de Os Casares, entre Ponte Ambía y Taboadela. La variante de Cerdedo alterna tramos en los que se contempla el trazado sobre dos plataformas separadas para vía única cada una de ellas, y entonces se contemplan túneles bitubo, como los de Barro y O Irixo, de 8,5 y 17,96 kilómetros respectivamente, y otros con plataforma para vía doble.  

Dudas pendientes de despejar

La variante de Cerdedo plantea todavía dudas importantes a la hora de gestionar su operatividad. La primera de ellas es el ancho de vía. A priori, el montaje de la vía tendría que realizarse en ancho ibérico, puesto que tanto el tramo Ourense-Santiago, de alta velocidad, como el corredor del Eje Atlántico de altas prestaciones operan actualmente con el ancho de 1,668 m. Es cierto que el Adif contempla en ambos casos la transformación a líneas de ancho estándar de 1,435 m, pero en una fase cuya fecha está en el aire. Por este motivo, los carriles fueron montados sobre traviesas polivalentes, lo que implica un reducido coste de transformación. Sin embargo, esta acción, en el caso del corredor atlántico, está condicionada por su uso mixto, para mercancías y viajeros, y el altísimo coste que supondría convertirla en línea de ancho mixto, con un tercer carril, ya que la traviesa polivalente empleada en su montaje sirve para su adaptación de un ancho a otro, pero no para mantener los dos simultáneamente.