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Los puntos débiles de las obras del AVE en Galicia (compartir)

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Los puntos débiles de las obras del AVE en Galicia
Los pilares de los viaductos de As Teixeiras empiezan a cobrar forma (Foto Óscar Pinal)
Los viaductos de As Teixeiras y la adaptación de la línea convencional de Zamora desde Taboadela a Ourense para que puedan circular provisionalmente los trenes AVE son los dos puntos débiles que más hacen peligrar el objetivo de 2019 para la llegada de los trenes de alta velocidad a la estación de Ourense. Son dos obras que juntas no suman ni el 5 por ciento del presupuesto global del AVE gallego pero forman parte de ese 20 por ciento que está todavía sin ejecutar. El cinco por ciento crítico que previsiblemente será un 2,5 por ciento en enero de 2019, cuando el resto de los trabajos a estén concluidos, salvo el ramal de Taboadela al trazado general del AVE y el cambiador de anchos que se concluirán en el segundo semestre y la variante exterior, cuyo plazo de ejecución se pospone a mediados de la próxima década.

Cuando los técnicos del Adif fijaron el cronograma que le sirvió al anterior ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para afirmar que el AVE llegaría en pruebas a la estación de Ourense al finalizar 2019, se estableció un calendario para las obras que permitirían conectar la traza de alta velocidad con la estación de Ourense mediante una solución provisional en tanto no se construía la variante exterior. Ese calendario, anunciado en abril de 2017, fijaba para el tercer trimestre de 2017 la licitación de las obras de adaptación de la línea convencional entre Taboadela y Ourense para su uso compartido por trenes de alta velocidad. La licitación llegó por fin e, con nueve meses de retraso.  La buena noticia es que el plazo de ejecución fijado en las bases de este concurso se ha reducido de 15 a 12 meses, por lo que si se tramita con rapidez, las obras podrían estar en marcha mediado el otoño y finalizadas para el otoño de 2019. Dependerá de la diligencia que muestre el nuevo equipo del Adif, ya que hasta ahora, los plazos en las tramitaciones se prolongaban entre cinco y seis meses. Si no se acortan esos plazos, la conclusión de esta obra dejaría muy poco margen para hacer pruebas antes de finalizar 2019.

Los 15 kilómetros que existen entre la estación de Taboadela y la de Ourense empalme deberán estar en obras mientras circulan por ellos los trenes que unen Galicia y Madrid y los mercancías que llegan hasta la terminal de Taboadela, lo que hace más compleja la ejecución, consistente en la implantación de un tercer carril y catenaria. 

El tramo que seguirá en obras incluso tras la inauguración

El tramo más pequeño de toda la línea debería estar ya finalizado desde hace meses. Pero diferencias de criterios, técnicos y económicos, entre el Adif y la UTE adjudicataria mantuvieron paralizada esta obra durante dos años, hasta que hace unos meses se desbloqueó la situación que, de lo contrario, habría pasado por la rescisión del contrato y una nueva tramitación, lo que habría hecho imposible llegar a tiempo para iniciar las pruebas en 2020.

Un túnel de algo más de 1,7 kilómetros y los viaductos, uno por cada plataforma de vía única, conforman este subtramo. Los viaductos salvan el arroyo Teixeiras, afluente del Támega, en un paraje que está declarado de interés comunitario por sus características ambientales.

Hace seis meses se estaban todavía preparando los accesos, muy dificultosos, a las bases de los pilares de los puentes, de 92 metros de altura y algo más de medio kilómetro de longitud. Hoy ya empiezan a erguirse los pilares sobre los que se asentará la plataforma y que en su punto central serán abatidos para formar un arco ojival. La previsión es que el primero de los viaductos esté concluido en el mes de junio de 2019, de manera que se pueda proceder al montaje de la vía y catenaria en los meses posteriores, siguiendo la secuencia de montaje de la superestructura de todo el trazado, que partiría desde Vilavella, donde estará la base central de montaje, y desde Meamán, para el tramo entre Taboadela y este viaducto. Los plazos son muy justos y cualquier contratiempo podría llevar al traste el objetivo fijado. El segundo viaducto seguirá en obras hasta 2020.