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El PP le exige al nuevo ministro de Fomento un plazo para el AVE que su gobierno difícilmente habría podido cumplir (compartir)

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El PP le exige al nuevo ministro de Fomento un plazo para el AVE que su gobierno difícilmente habría podido cumplir
Desde el pasado viernes hasta hoy han sido muchas las voces desde el Partido Popular de Galicia y de la Xunta que se han pronunciado exigiendo al nuevo ministro de Fomento, José Luis Ávalos el cumplimiento de los plazos que su predecesor había fijado para la llegada de los trenes de alta velocidad a Ourense en fase de pruebas, es decir, antes de finalizar el año 2019. La reclamación está tal vez más orientada a la crítica por las manifestaciones realizadas meses antes por representantes del PSOE en Galicia quienes señalaron en su día que el plazo de 2019 no solo se podría y debía cumplir, sino que también se podría adelantar.

La guerra de fechas de inauguración del AVE gallego lleva siendo una constante entre PP y PSOE desde que se fijó la primera, para el año 2010 en 2003 por parte del entonces ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos y todos los ministros que le sucedieron se ocuparon de enmendar y aplazar las fechas dadas por sus respectivos predecesores.

El 18 de abril de 2004, Cascos era relevado por Magdalena Álvarez, la primera ministra de Fomento en la historia de España. No hizo gran cosa en el AVE gallego, y demoró dos años la finalización hasta 2012 argumentando que el plan heredado estaba muy verde, que era solo papel.

Cinco años después José Blanco se toma en serio las obras y los plazos. Las obras, convirtiendo el trazado en el de una auténtica línea de alta velocidad, con todos los tramos completamente nuevos y pensados para velocidades superiores a 300 kilómetros por hora, asumiendo la variante exterior de Ourense y la variante de Cerdedo para unir Ourense y Vigo. Estas mejoras le obligaban a ser más realista en cuanto a los plazos y fijó la fecha de finalización en 2015, una fecha que comprometió en el Pacto del Obradoiro.

También se debe a Blanco el plan de aprovechar los tramos de alta velocidad según se van terminando, mediante la implantación de cambiadores de ancho y la puesta en servicio de trenes híbridos capaces de circular tanto por líneas electrificadas a alta velocidad como por líneas sin catenaria, los Alvia 730.

Pero Blanco solo pudo inaugurar el primer tramo, entre Santiago y Ourense, ya en funciones, el 11 de diciembre de 2011. Y el primer Alvia que acortó una hora de viaje entre Galicia y Madrid llegaría a la estación de Ourense en junio de 2012.

Para entonces ya era ministra de Fomento Ana Pastor, la ministra que tuvo que lidiar con el compromiso de Rajoy de acabar cuanto antes el AVE, pero también de enfrentarse a un ministerio que debía reducir al máximo el gasto en infraestructuras heredadas de gobiernos anteriores. Culpando, como siempre a los anteriores, reconoció la imposibilidad de terminar las obras en 2015 y fijó un nuevo horizonte, 2018, aunque con la mayor parte del trazado con vía única, al menos de entrada.

Pastor insistió hasta el día antes de su cese, que 2018 sería la fecha definitiva. Pero nada más empezar 2017, a los dos meses de tomar posesión su sucesor, Íñigo de la Serna, enmendaría la fecha aplazándola hasta 2019, pero utilizando una solución provisional, desde Taboadela y demorando el trazado definitivo entre 2022 y 2025

Ahora llega un nuevo ministro y es de suponer que seguirá la tradición de rectificar a su predecesor y fijar un nuevo plazo, más amplio. Tal vez 2020, en el mejor de los casos, o 2021.

Pero, independientemente de los retrasos que las obras del AVE acumulen a partir de este momento, lo cierto es que Íñigo de la Serna se fue del Gobierno sin licitar las obras de adaptación de la traza convencional para la circulación de trenes AVE desde Taboadela hasta la estación de Ourense. Los 21 meses necesarios para que la obra estuviese finalizada y en pruebas, cinco como mínimo desde la licitación hasta el comienzo de las obras y otros quince para su ejecución, ya harían imposible cumplir el objetivo de 2019 fijado por él mismo, aunque siguiese el Partido Popular en el Gobierno.