La línea del AVE en la provincia de Ourense copa 9 de cada 10 euros de las inversiones del Estado para 2018 (compartir)
Todo NoticiasEstos 406,7 millones de euros permitirán dar continuidad a los trabajos en la traza y arrancar con otros nuevos, pero no para iniciar la variante exterior, a la que se han consignado otros tres millones de euros adicionales, con los que se podrán acometer únicamente trabajos técnicos, ni a la conexión de alta velocidad con Vigo por Cerdedo que llevan una cuantía adicional de 550.000 euros en el tramo de la provincia de Ourense y otros 450.000 en la de Pontevedra, cifra poco más que simbólica, habida cuenta de que ni siquiera están finiquitadas las tramitaciones previas a la redacción de los proyectos.
También hay dinero en los presupuestos de 2018 para la conexión entre Ourense y Lugo, pero no para alta velocidad, sino para mejorar la línea actual en lo que se refiere a la supresión de pasos a nivel y realizar pequeñas variantes que mejoren la velocidad media del trazado, quedando para ejercicios posteriores otros trabajos adicionales comprometidos, como la electrificación, para asegurar tiempos de viaje más cortos entre Ourense y Lugo y la opción de que los viajeros de esa capital gallega puedan mejorar de los trenes Alvia híbridos a lanzaderas eléctricas o incluso a trenes AVE de rodadura desplazable.
A estas cuantías hay que sumar los 235 millones de euros previstos para el AVE gallego en la provincia de Zamora, correspondientes mayoritariamente a los subtramos entre Pedralba de la Pradería y A Canda, donde comienza la provincia de Ourense, con lo que el AVE gallego suma en las cuentas del Estado de 2018 algo más de 645 millones de euros.
De las cuentas a la realidad, sin embargo, puede haber diferencias notables, a la baja, como ya viene sucediendo desde que se inició esta infraestructura, ya que una cosa es el dinero que figura contablemente en los presupuestos y otra muy distinta, la capacidad que tiene la Administración para ejecutar dichos presupuestos. Unas veces por dificultades técnicas, otras de carácter burocrático y administrativo y en no pocas por falta de liquidez, la ejecución presupuestaria no llega a completar ni de lejos los objetivos que marca el decreto de los Presupuestos Generales del Estado. Baste como ejemplo que, mientras que las cifras consignadas en 2017 eran superiores a las de 2018, la realidad se redujo a poco más del 55 por ciento sobre lo escrito en los papeles, con una ejecución real estimada de 238,2 millones de euros en la provincia de Ourense.