La prórroga de los presupuestos amenaza con nuevos retrasos las obras del AVE gallego (compartir)
Todo NoticiasEl AVE gallego puede ser una de las primeras víctimas del conflicto catalán. La prórroga de los Presupuestos Generales del Estado que anunció el ministro Cristóbal Montoro ante la posibilidad de no contar con suficientes apoyos parlamentarios para que salgan adelante en el Congreso como consecuencia de las tensiones existentes a propósito de la crisis del 1-O podría condenar obras que no están todavía licitadas a retrasos que van a poner en peligro el objetivo de 2019 para la llegada del AVE a Ourense.
Si no hay Ley de Presupuestos aprobada, a partir del 1 de enero de 2018 se prorrogarán automáticamente los de 2017. Los gastos corrientes están asegurados, pero todo lo que no figure como licitado o adjudicado y que tenga que ser objeto de una periodificación específica para 2018, queda en el aire.
El conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, asegura que la llegada del AVE no se verá comprometida con la prórroga de los presupuestos y añadió que la Xunta se mantiene "ojo avizor con la ejecución de los créditos de 2017 y los pendientes de 2018".
En la actualidad, el Ministerio de Fomento tiene pendientes de licitar importantes partidas para asegurar el remate de las obras, incluso con carácter provisional, como son las que afectan a la conexión de acceso a la estación de Ourense Empalme desde Taboadela, mediante la implantación de un tercer carril en el último tramo de la línea de Zamora, el ramal de conexión entre ésta y las vías del AVE en Taboadela y el cambiador de ancho, para que los trenes de rodadura desplazable puedan seguir viaje al resto de las ciudades gallegas. Estas obras ya habían sido anunciadas por el Adif para su licitación entre el segundo y cuarto trimestre de 2017, con partidas que tendrían un carácter plurianual. Pero lo cierto es que a día de hoy todavía no figura ninguna de ellas publicada en el perfil del contratante del administrador ferroviario. Además, existen actuaciones que deberían ser contempladas específicamente para el presupuesto de 2018, como son las relativas al tendido de la catenaria, sistema de señalización y conducción y otros elementos que estarían condicionados a un presupuesto operativo y no prorrogado.
Y si este último tramo está todavía en el aire, hay numerosos flecos que también comprometen los plazos en el grueso del tramo Ourense-Lubián. Aquí, las obras avanzan a buen ritmo en lo que se refiere a la infraestructura de la plataforma de la vía, com partidas que fueron licitadas y adjudicadas, en la mayoría de los casos, hace cinco años y cuya realización se desarrolla conforme a una programación plurianual. Pero están pendientes de licitar las partidas relativas al tendido de la vía (balasto, traviesas, carril, desvíos...) al suministro eléctrico (postes, catenaria) y a todos los sistemas de señalización, seguridad y comunicaciones para que el tren pueda circular.
En estos momentos las obras acumulan un retraso medio de dos años. El último subtramo finalizado y entregado al Adif por las constructoras, el de la vía derecha del Túnel de O Espiño, tenía que haber sido concluido en 2015. Si a esto le sumamos que los plazos prometidos en abril tampoco se han cumplido, la prórroga del presupuesto podría demorar la llegada del AVE hasta bien entrado el año 2020.
La cuestión en el alero es si también podría suponer un retraso adicional al tramo Zamora-Pedralba de la Pradería, cuya finalización está prevista en menos de doce meses y su puesta en marcha, antes de finalizar el año 2018.