Los fabricantes de trenes tienen hasta el 29 de julio para pujar por el contrato de los nuevos trenes AVE (compartir)
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Ser fabricante español ya no garantiza ningún punto de bonificación en los 35 que conforma la oferta técnica en este contrato, el más grande de los últimos tiempos, con el que Renfe Operadora quiere resolver la demanda de trenes de alta velocidad para sus nuevos trazados, incluyendo el gallego, así como su mantenimiento durante cuarenta años.
El último viernes de julio se cierra el plazo para la presentación de ofertas. Solo las empresas precalificadas por Renfe pueden acudir a esta puja en la que tienen certificación Alstom, Bombardier, Caf, Hitachi, Talgo y Siemens. Solo dos de las seis grandes compañías son españolas: Talgo y CAF. Sin embargo otras, como Siemens y Alstom tienen filiales españolas que fabrican trenes o componentes para los mismos.
Durante décadas, los contratos para el material de tracción y rodante de Renfe en el que participaron compañías internacionales debían realizar parte de sus unidades adjudicadas en territorio español. Así sucedió, por ejemplo, con las primeras series de las locomotoras diesel eléctricas americanas, incorporadas al parque de tracción al final de la década de 1950 gracias a un acuerdo económico con el gobierno americano que facilitó los préstamos para la adquisición de esas locomotoras de las series 316 y 318, éstas últimas con base principal de operaciones en el depósito de Ourense. Construidas las primeras en la factoría de American Locomotive en EEUU, el resto fueron montadas en talleres españoles. Lo mismo sucedería con las locomotoras eléctricas de la serie 269, de origen y patente japonesa, las primeras procedían de las factorías de Mitsubishi y la mayoría fueron montadas en España.
Pero el contrato que Renfe prevé resolver a lo largo de los próximos meses no contempla ni esta posibilidad ni la más leve bonificación por la construcción de los treinta trenes en suelo español. Las razones técnicas no tendrán que ver con la patria ni de la tecnología ni de los talleres de montaje. Eso sí, el mantenimiento durante cuarenta años tendrá que ser en los talleres españoles.
A partir del 29 de julio se abre el período para el estudio tanto de las ofertas técnicas como económicas para su posterior adjudicación. Con el mes de agosto de por medio y un gobierno en funciones pendiente de ser sustituido por el que salga del nuevo Congreso, este contrato no estará zanjado, como mínimo, hasta que llegue el otoño, por un equipo directivo en Renfe Operadora que no esté pendiente de su interinidad.