Bruselas obliga a que prime el valor técnico sobre el económico en los proyectos de ingeniería (compartir)
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Por norma general, los contratos públicos priman las condiciones económicas, puntuándose el ahorro a la hora de adjudicar la prestación de un servicio de ingeniería frente a la oferta técnica o al aporte de soluciones más ambiciosas desde el punto de vista de ejecución y desarrollo. Al igual que en las obras y, en general en la mayoría de los servicios y suministros, la valoración de la propuesta técnica representa entre un 30 y un 40 por ciento de la puntuación total, mientras que la económica, oscila entre el 60 y el 70 por ciento.
Las nuevas normas comunitarias en materia de contratos con las administraciones públicas establecen que en los trabajos de ingeniería no se puede primar el valor económico sobre el técnico ya que, precisamente, son los proyectos técnicos los que luego van a determinar el mayor o menor coste a la hora de la ejecución de las obras. La doctrina comunitaria se basa en el hecho de que un trabajo más minucioso en la elaboración de un proyecto no puede estar tan condicionado en el precio como en la calidad técnica y la aportación de soluciones innovadoras que, a la postre, aunque resulten más caras a la hora de adjudicar ese servicio, van a recortar gastos en la fase siguiente que es la adjudicación de su ejecución, y va a reducir las bajas temerarias.