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Las obras del corredor atlántico portugués sufren retrasos entre Viana do Castelo y Valença (compartir)

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Las obras del corredor atlántico portugués sufren retrasos entre Viana do Castelo y Valença
El pronóstico que había lanzado el gobierno portugués de tener listo para 2019 el corredor atlántico o línea del Miño entre Oporto y Valença para reducir los tiempos de viaje de los trenes internacionales con Vigo parece que se desvanece por los retrasos que se están produciendo en las tramitaciones de las obras. Así, mientras los 43 kilómetros entre Nine y Viana do Castelo van según lo previsto, y las obras avanzan conforme a los plazos establecidos, los 48 que separan Viana do Castelo de Valença do Minho no han comenzado todavía, pese a que la adjudicación de los mismos estaba prevista para el mes de octubre pasado. Según el diario portugués parte de estos retrasos se deben a la fusión de la antigua Refer, el administrador de las infraestructuras ferroviarias portuguesas con Estradas de Portugal, el organismo que gestiona las carreteras. Tras esta fusión, la reestructuración de las diferentes áreas de gestión ha dejado con menor capacidad de maniobra al área ferroviaria.

Las obras en el corredor ferroviario de Porto a Valença do Minho se fraccionaron en tres tramos. El primero, entre Porto y Nine, de 42 kilómetros ya está concluido. El segundo, entre Nine y Viana do Castelo, de 43 kilómetros estará, si las obras se mantienen al ritmo actual, en el segundo semestre de 2018, pero el de Viana a Valença do Minho podría retrasar la finalización de toda la reforma de la infraestructura hasta 2020.

La  modernización de este corredor ferroviario contempla, además de la electrificación del trazado, con catenaria alimentada a 25.000 voltios de corriente alterna, la misma tensión que la línea del corredor atlántico gallego, la mejora de los sistemas de comunicación y seguridad de la línea, la supresión de pasos a nivel y el alargamiento de las vías en las estaciones, para facilitar la circulación de los trenes de mercancías, pasando de 400 metros a 750 metros allí donde sea posible, lo que facilitará también la gestión de las mercancías con convoyes con más vagones y así abaratando el coste por kilómetro de cada tonelada transportada, una medida que está pendiente en la red ferroviaria gallega.